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miércoles, 6 de noviembre de 2024

(No mires arriba): la distopía negacionista que no gusta porque vivimos en ella

  El negacionismo mata

Que el Mediterráneo era una bomba de relojería se sabía. Algunos lo veníamos advirtiendo tanto tiempo, y con tanta precisión, que es muy duro pensar en qué más podríamos haber dicho u hecho para evitar, al menos, una parte del enorme dolor que esta tragedia ha supuesto y va a suponer para las personas más afectadas.

Que la gestión y ordenación del territorio actual, basada en un mundo que ya no existe es un peligro público, se sabía. Lo que no se podía imaginar es la enorme cantidad de errores de prevención, aviso y coordinación posterior que, encima, íbamos a tener que padecer. Debe haber responsables, penales, incluso, de semejante tragedia. (+)