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viernes, 1 de enero de 2021

Ecos de América

Estamos en un momento que se mira a la historia de una forma incorrecta. Parece que no somos capaces de ver los hechos históricos con la perspectiva del momento en que ocurrieron los hechos. E incluso algunos se permiten el lujo de hacer interpretaciones torcieras para encajar la historia a su pensamiento, haciendo pseudohistoria. En esas estamos, derribando las estatuas de multitud de sitios intentando borrar la historia que nos precede y no se puede cambiar, para bien o para mal. Tal es el problema que hay que pedir respeto por nuestro pasado, contar la verdadera historia, sea cual sea, con humildad, pues la pseudohistoria tiene un calado profundo.
 
Particularmente nos da pena que en nuestro municipio durante toda su andadura histórica no haya sido capaz de hacer una estatua a cualquiera de los vecinos que lo merezcan por méritos propios, y los hay, a saber: Antonia Herranz, Fray Francisco de Bivar, Gaspar de Morales… o incluso que tuviéramos una estatua realizada por vecinos que tienen un hueco entre los escultores, como por ejemplo D. Cándido Monge, del que en su primera exposición en nuestro y su municipio, hace ya más de un lustro, oímos que una escultura suya decoraría una rotonda, finalmente ocurrió. La escultura de Cándido luce al inicio de la Calle Real, en el mirador donde empieza la Ronda de las Cuestas. La escultura lleva como título "Una ventana al horizonte", y sirve de homenaje al arquitecto y vecino fallecido recientemente D. Juan Castro, por suscripción popular y colaboración del consistorio.
 
Hace relativamente poco tiempo, los paracuellenses también destruimos nuestro patrimonio, como pasó con el avión dedicado a los hermanos De la Cierva cambiándose por una bandera, mira que había rotondas para decorar; o por ejemplo el tanque parte del ornamento de una rotonda en la zona industrial, realizada por un trabajador a punto de jubilarse que, con más de un año de esfuerzo para acabar la escultura a sus espaldas, se destruyó para colocar una grúa sustituyendo la función decorativa, y mira que había rotondas en el polígono para decorar. Que guste o no es otro cantar... (+)