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sábado, 25 de junio de 2016

El país de broma

El único país del mundo en el que los policías detuvieron ufanos a la cúpula de Anonymous, y para los que cuatro estudiantes que protestaban por los recortes eran El Enemigo, mientras los ediles que han trabajado en la corrupción, con sus cacerías y sus putas, han sido el prototipo del emprendimiento exitoso dentro de la fauna política de los viejos partidos. 

El país en el que te multarán por hablar de la próxima manifestación, pero en el que los grandes corruptos del PP, el PSOE y la realeza acabarán sus días enchufados de consejeros en alguna eléctrica. 
El país de la Ley Mordaza y del pucherazo kafkiano del Voto Rogado que implantaron los socialistas con el apoyo del Partido Popular. 
El país del gobierno que puso un impuesto al Sol, y que paró en seco el progreso de las energías renovables, que recortó en educación y en ciencia pero quiso compensarlo poniendo de nuevo la religión a la altura de las mates. 
El mismo país que tiene una tele pública al servicio del gobierno y de la ignorancia, con alguna popular presentadora que expresa apotegmas casi tan sustanciosos como los de nuestro presidente. Aunque también promociona la cultura emitiendo espacios snuff de tortura de animales. 
El país de los políticos que en campaña se van a hacer lío a otro país para conseguir algún voto aquí. 
El país de ministras, infantas y votantes ignorantes activos de la corrupción por amor a sus corruptos, y del ministro que condecora a vírgenes con honores de las fuerzas de seguridad, hace comisario a un histrión, tiene un ángel que le ayuda a aparcar y se la pasa organizando desaguisados a otros partidos con los medios y la autoridad que le hemos otorgado. 
El país de los millones de pequeños nicolases. 
El país de broma, que dirige un zombi al servicio del poder económico y cuyos ministros son como esos payasos terroríficos que van persiguiendo a la gente con un hacha mientras tropiezan y se caen. No por ser patéticos son menos letales.