La Consejería de Educación vuelve a contratar para las obras de un colegio a una constructora que ya ha incumplido lo comprometido por la administración, a través de concurso, en otros centros públicos. Se trata de Uncisa Construcciones e Infraestructuras, una empresa que tiene abiertos tres expedientes por un instituto en Paracuellos del Jarama, otro en el Ensanche de Vallecas y un colegio en Getafe por retrasos en 2017 y que, sin embargo, es de nuevo adjudicataria de unas obras en 2018 en el CEIP Miguel de Cervantes, también en la citada localidad del sur de la Comunidad. Este centro ha empezado el curso con la infraestructura a medias.
Los expedientes de contratación revelan que esta constructora está dentro de los circuitos habituales de los concursos públicos. Desde 2015 ha recibido más de 11 millones de euros de las arcas públicas regionales por obras abandonadas o entregadas fuera de plazo. Se presenta con ofertas económicas bajas y gana las adjudicaciones por sus presupuestos ventajosos, que en ocasiones suponen rebajas de hasta el 30% sobre el inicial.
Las familias afectadas piden el fin del modelo de construcción por fases porque "encarece los costes, obliga a convivir con obras y priva a los niños y niñas de los espacios que les corresponden por ley", apunta la Plataforma por la Defensa de Centros Educativos Públicos de Calidad en la Comunidad de Madrid. Con el inicio de curso han regresado sus quejas: sigue habiendo centros a medio terminar que han tenido que adaptar espacios de urgencia porque no había clases suficientes para todos los alumnos y alumnas.
En el CEIP El Bercial, en Getafe, el comedor se ha reconvertido en tres aulas; y en el Miguel de Cervantes, también en la misma localidad, las salas de profesores son clases. En Valdemoro, los chicos y chicas del IES Neil Armstrong, marcado por la trama Púnica, continúan en barracones desde 2016.
Todos estos centros tienen una cosa en común: Uncisa estaba encargada de construirlos o ampliarlos y se hicieron por fases. Hay además otros, como el IES Simone de Veil, en Paracuellos del Jarama, que tiene levantado el edificio pero no todo es útil. La planta de arriba está cerrada, según las familias, y el centro está rodeado de vallas y restos de obra. La empresa responsable tiene un expediente abierto por los retrasos. Este paisaje de cascotes y maquinaria es el que ven cada día al menos 800 niños y niñas, según datos del consejero de Educación. Aunque sindicatos como CCOO elevan a miles esa cifra. (Ver más >)