- Agora quiero yo usar contigo de una libertad, y es que ambos comamos este racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partirlo hemos de esta manera ; tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva. Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego del segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debía hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba yo adelante; dos a dos y tres a tres, y como podía las comía.
Acabando el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano, y meneando la cabeza, dijo:
- Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas de tres en tres.
- No comí - dije yo - ; mas, ¿por qué sospecháis eso? - ... Respondió el sagacísimo ciego:
- ¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres?. En que comía yo dos a dos y tú callabas.
Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego del segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debía hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba yo adelante; dos a dos y tres a tres, y como podía las comía.
Acabando el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano, y meneando la cabeza, dijo:
- Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas de tres en tres.
- No comí - dije yo - ; mas, ¿por qué sospecháis eso? - ... Respondió el sagacísimo ciego:
- ¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres?. En que comía yo dos a dos y tú callabas.