El caso Cifuentes, por la torpeza y total falta de escrupulos de su protagonista, se ha convertido en un paradigma sobre la predisposición de la clase política (salvo alguna honrosa excepción) a revolcarse en el fango, humillarse hasta el esperpento y defecar sobre su dignidad antes que dimitir. El caso Cifuentes es una versión (tipo Torrente, eso sí) de esas películas de misterio donde el protagonista comete un crimen y, para ocultarlo, inicia un viaje hacia el precipicio durante el que comete mil más para ir tapando los anteriores.
Cifuentes prefiere morir antes que dimitir. Para ello se inventa gripes, documentos con firmas falsificadas, acusa de machistas a quienes le piden explicaciones, alega clases presenciales a las que nunca acudió, esgrime un TFM fantasma que ni ella ni la universidad tienen... Es una obra de teatro burda, torpe y patética que causa más vergüenza ajena que indignación (y eso que es sumamente indignante).
Pero ¿Por qué en España los políticos no dimiten en cuanto les pillan?
Creo que hay tres factores clave:
Cifuentes prefiere morir antes que dimitir. Para ello se inventa gripes, documentos con firmas falsificadas, acusa de machistas a quienes le piden explicaciones, alega clases presenciales a las que nunca acudió, esgrime un TFM fantasma que ni ella ni la universidad tienen... Es una obra de teatro burda, torpe y patética que causa más vergüenza ajena que indignación (y eso que es sumamente indignante).
Pero ¿Por qué en España los políticos no dimiten en cuanto les pillan?
Creo que hay tres factores clave:
- Vividores de la política.
- Total desprecio por la inteligencia de los ciudadanos.
- Total ausencia de honor por parte de estos vividores.