Conocida la sentencia del caso Gürtel y acreditado que el PP era el eje de una corrupción institucional que le permitió financiarse ilegalmente, constatando que se manipularon contratos y se hincharon precios con el correspondiente quebranto para las arcas públicas y confirmando que el partido mantuvo durante años una caja B de mordidas y sobresueldos, a Rajoy solo le quedaba la dimisión, la dignidad de una renuncia que pusiera una pequeña tirita en la enorme herida que su partido ha causado a la democracia española. (Ver más >)