Consultas cargadas de virus infantiles y estrés. Toneladas de estrés encerradas en salas que no dan abasto. Jornadas de siete horas que muchos días deben cundir como lo harían 14 horas para atender a los pequeños pacientes de dos y a veces tres consultas. "Trabajamos a destajo, no cobramos por asumir el trabajo de los compañeros cuando faltan y nuestros sueldos son muy inferiores a los de otros países de Europa", cuenta a este periódico R.J., una médico de atención primaria que lleva cinco años cubriendo el servicio de pediatría en un centro de salud madrileño.
En una situación parecida se encuentra Jesús Martínez, un reconocido médico muy activo en las redes sociales y volcado en la educación y promoción de la salud en los niños. "Llevo 35 años dedicado a esta parte de la población y 12 años en la misma plaza de pediatría en Paracuellos del Jarama (Madrid). Durante este tiempo, ha habido tres concursos de traslado y una convocatoria de la plaza, pero nadie ha pedido mi puesto nunca". Y en su reflexión, continúa: "¿Quién va a venir a Atención Primaria, de 14h a 21h, por escasos 1.000 euros, con 2.000 pacientes en cartilla cuando se recomienda entre 800 y 900 y consultas diarias de 50 y hasta 60 personas [lo recomendable son unos 24 pacientes]?". (Ver más >)