El Pleno aprobó dicho Protocolo que, en palabras del concejal de Política Ambiental de Coslada, Julio Huete, tiene como objetivo «paliar los efectos cuando se produzcan episodios de alta contaminación para que se adopten las medidas necesarias para garantizar a la ciudadanía un aire de calidad. Para evitarlos hay que tender a un cambio de costumbres en la movilidad urbana, la forma de planificar y hacer ciudad de las instituciones, empresas, entidades y el conjunto de la ciudadanía».
En este sentido, el alcalde, Ángel Viveros, ha recordado que «desde el Gobierno municipal se han articulado diferentes acciones, por ejemplo, este Protocolo, pero también se han adoptado acciones para intentar reducir el uso del vehículo privado, ganando espacio en las vías para el peatón, como ha sucedido en varios proyectos de reurbanización».
La calidad del aire en la mayoría de las grandes ciudades se ha convertido en un grave problema de salud pública y ambiental al que se asocia un elevado coste económico. Entre las causas más relevantes de la mala calidad del aire que respiramos destacan el tráfico motorizado y la contaminación industrial, además de otros agentes de menor importancia cuantitativa.
Existen grupos especialmente vulnerables frente a la contaminación atmosférica como son los niños, los ancianos, las personas que padecen enfermedades crónicas respiratorias o cardiovasculares y las mujeres embarazadas. (Ver más >)
En este sentido, el alcalde, Ángel Viveros, ha recordado que «desde el Gobierno municipal se han articulado diferentes acciones, por ejemplo, este Protocolo, pero también se han adoptado acciones para intentar reducir el uso del vehículo privado, ganando espacio en las vías para el peatón, como ha sucedido en varios proyectos de reurbanización».
La calidad del aire en la mayoría de las grandes ciudades se ha convertido en un grave problema de salud pública y ambiental al que se asocia un elevado coste económico. Entre las causas más relevantes de la mala calidad del aire que respiramos destacan el tráfico motorizado y la contaminación industrial, además de otros agentes de menor importancia cuantitativa.
Existen grupos especialmente vulnerables frente a la contaminación atmosférica como son los niños, los ancianos, las personas que padecen enfermedades crónicas respiratorias o cardiovasculares y las mujeres embarazadas. (Ver más >)
