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martes, 20 de julio de 2021

Los poyos de Paracuellos

En la acera de los números impares de la calle Real de Paracuellos, se encuentran dos testigos del pasado agrícola de nuestro municipio: los poyos. Poyo viene del latín podium (repisa) y son bancos de piedra u otra materia arrimado a las paredes, ordinariamente a la puerta de las casas de zonas rurales.

Estos bancos, en el pasado, era de gran ayuda para los agricultores, pues podían dejar sus aparejos mientras preparaban la jornada, así como los productos recolectados a la vuelta del trabajo. Además servía para montar o desmontar del burro, mula o caballo; así como protección, cuando las aceras no existían, impidiendo que los carros se acercaran demasiado a la pared.

Otra de las funciones, que mantienen actualmente, de los poyos es para sentarse a la fresca en las noches de verano. Es un excelente punto de reunión nocturno para disfrutar del fresco y la conversación.

La frase "montar un poyo" viene del siglo XIX, cuando se hicieron muy populares los oradores que llegaban a un lugar público (normalmente una plaza o parque) y montaban una pequeña tribuna portátil, desde la que se hablaba a los presentes. Normalmente, eran consignas políticas que atacaban a otro partido y al ser públicas solía armarse algún que otro altercado entre los oyentes y/o el orador. La tribuna portátil, que he mencionado anteriormente, era conocida popularmente como poyo.

Los poyos que sobreviven en Paracuellos están en el nº 29 y 35 de la Calle Real. El segundo formaba parte de la casa construida anteriormente situada en la misma calle, tiene un número grabado 1886 que es el año en que se edificó la casa de procedencia. Esta construcción era la antigua casa del pueblo situada en el nº 21 de la misma calle. (+)