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martes, 25 de enero de 2022

Defensa se toma en serio el ruido que provocan las bases militares

El departamento que dirige Margarita Robles pretende regular el ruido en el ámbito de sus instalaciones. La idea es prevenir, vigilar y minimizar, “en la medida de lo posible, y de forma compatible con la misión de las Fuerzas Armadas, la contaminación acústica provocada por las actividades militares”.


El objetivo último de la norma será “evitar y reducir los daños que de ésta puedan derivarse para la salud humana, los bienes o el medio ambiente”.

El ministerio pretende compatibilizar el control del ruido y de la contaminación acústica que provocan las bases militares, navales y aéreas, con “la salvaguarda de los intereses de la Defensa Nacional, así como de la seguridad y eficacia de sus organizaciones e instalaciones”

En estas páginas se contó hace más de un año que la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa había encargado al Instituto de Técnica Aeroespacial “Esteban Terradas” (INTA) dos paquetes de tareas para medir el impacto acústico de las actividades militares y regular el ruido que producen.

Una de las tareas consistía en realizar mapas de ruido y estudios acústicos en Bases, Acuartelamientos y Establecimientos (BAE) que por su actividad pudieran generar un impacto acústico significativo, para conocer el impacto y la huella sonora que producen los ejercicios y actividades llevadas a cabo en dichas bases, así como su posible repercusión en los núcleos de población y zonas urbanizadas limítrofes. (+)