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martes, 28 de noviembre de 2023

¿El administrador de fincas se lleva comisión? ¿Hace negocios a costa de la comunidad?

Los administradores de fincas tienen mala fama. Algunas personas los llaman «faraones» por la actitud de poner la mano en cada obra y gestión en la que intervienen. Y es que como dice el refrán popular «cuando el río suena, agua lleva». Administradores de fincas en España hay unos 16.000, aproximadamente. Son muchos, y esto implica que haya personas o empresas con buenas prácticas y con malas (o muy malas) prácticas a la hora de ejercer la profesión.

Por lo que efectivamente habrá habido casos en los que los administradores de fincas de las comunidades se lleven comisiones por intermediar la contratación de servicios y otros casos en los que no, es decir, que se dediquen exclusivamente a gestionar las comunidades sin percibir remuneraciones a cambio de la solicitud y gestión de los presupuestos a proveedores.

Prácticamente cualquier gremio de los que intervienen en las comunidades habitualmente prestando servicios puede ofrecerse a los administradores de fincas para que a cambio de que contraten sus servicios, remunerarles con una comisión por venta. ¿Sucede siempre? No. ¿Puede suceder? Claro. De hecho, hay administradores de fincas que solo trabajan con ciertas empresas de prestación de servicios y en parte se debe a esto. De tal forma, que aunque piden varios presupuestos luego hablan con la empresa que le facilita la comisión por venta y le indican que ajuste su oferta para ser la más atractiva de las propuestas de tal forma que sea la elegida por los propietarios a la hora de realizar la reunión o junta de propietarios, y además apoyarla con su recomendación de forma que sea la que finalmente se contrate.

Que los administradores de fincas se lleven comisión por intermediar en ciertas contrataciones está a la orden del día, y aunque no siempre suceda, puede ser que sí ocurra. Es triste que esto suceda y según con quién haya contrato la comunidad de vecinos los servicios de administración de fincas es como pedir al «lobo que guarde el gallinero». (+)