Sergio Mínguez denunció ante la Inspección educativa que estaba sufriendo presiones del colegio concertado Liceo Sorolla B (barrio Valdezarza, Madrid) porque había dejado de pagar las cuotas de unos talleres y el centro había llegado a dejar, en una ocasión, a sus dos hijas en un sofá junto a la puerta de la calle.
Ahora la inspección le ha avisado al centro de que no puede discriminar a los alumnos cuyas familias no pagan actividades extraescolares, complementarias o cualquier otra que se realice durante el horario lectivo. "Estamos tranquilos y satisfechos porque esto nos respalda y crea un precedente para decir que no vale todo", cuenta este padre.
Sergio Mínguez denunció ante la Inspección educativa que estaba sufriendo presiones del colegio concertado Liceo Sorolla B (barrio Valdezarza, Madrid) porque había dejado de pagar las cuotas de unos talleres y el centro había llegado a dejar, en una ocasión, a sus dos hijas en un sofá junto a la puerta de la calle.
Ahora la inspección le ha avisado al centro de que no puede discriminar a los alumnos cuyas familias no pagan actividades extraescolares, complementarias o cualquier otra que se realice durante el horario lectivo. "Estamos tranquilos y satisfechos porque esto nos respalda y crea un precedente para decir que no vale todo", cuenta este padre. (+)