Las obras anunciadas por el gobierno de Pedro Sánchez tendrán un coste de 2.400 millones de euros, y permitirán alcanzar una capacidad de 90 millones de pasajeros en 2031. A finales del año pasado se presentó un estudio elaborado por la Plataforma en colaboración con Ecologistas en Acción que alertaban de que su ejecución supondría el incremento de entre un 20% y un 35% de las emisiones de dióxido de carbono, al igual que las emisiones de contaminantes atmosféricos, óxido de nitrógeno y partículas en suspensión, que también aumentarían en un 20 o 30% respecto a los niveles de 2019. También señalaron que el aeropuerto de Barajas es el cuarto más contaminante de toda la Unión Europea, y que este proyecto de ampliación va en contra de las directrices reflejadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que pretende alcanzar una reducción de emisiones del 45% para el año 2030.
La movilización no solo rechaza esta ampliación, también reclama, que como ya están haciendo otros países de la Unión Europea, España ponga límites a los vuelos más cortos y priorice modos de transporte más sostenibles y más utilizados por la ciudadanía, como es el tren.
Desde el anuncio de la ampliación los municipios afectados de la zona norte de Madrid han reclamado al Ministerio de Transportes más información sobre el proyecto. Paracuellos de Jarama, San Sebastián de los Reyes y Algete han anunciado que vigilarán, protegerán y defenderán los derechos de sus vecinos.
La misma convocatoria rechazando la ampliación de aeropuertos se ha producido este 15 de marzo en otras ciudades europeas como París, Londres, Bruselas o Frankfurt. (+)
