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viernes, 15 de marzo de 2024

Estas son las 4 malas prácticas más comunes de algunos administradores de fincas

En España hay 15.000 administradores de fincas colegiados que gestionan más de 2 millones de comunidades de propietarios y más de 40.000 millones de euros cada año, según cifras del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE), lo que supone un volumen cercano al 3 % del Producto Interior Bruto de España.

Pese a estas cifras astronómicas, es un colectivo que tiene cierta mala reputación debido, en parte, a su falta de transparencia en la gestión de los bienes comunales; problemas relacionados con las comisiones, o bien por ser poco eficientes en la resolución de problemas y en la realización de reparaciones y mantenimiento en la propiedades.

“Las malas prácticas de los administradores de fincas pueden manifestarse de diversas maneras y es importante abordar este tema con seriedad para proteger los intereses de los propietarios y comunidades gestionadas por estos profesionales”, señala Albert Díaz, director de Operaciones de Aldara, una empresa dedicada a la administración de fincas que ofrece servicios de gestión.


Algunas malas prácticas de los administradores de fincas que identifican desde Aldara son estas:

  • MALVERSACIÓN DE FONDOS O MANEJO INAPROPIADO DE LAS CUENTAS BANCARIAS
  • FACTURACIÓN FRAUDULENTA
  • CONFLICTO DE INTERESES
  • NEGLIGENCIA EN LA GESTIÓN FINANCIERA


«ANTÍDOTOS»
1. AUDITORÍAS REGULARES
Realizar auditorías independientes y regulares de las cuentas de la comunidad para detectar posibles irregularidades.

2. TRANSPARENCIA
Fomentar la transparencia en la gestión financiera y mantener a los propietarios informados sobre los ingresos y gastos de la comunidad.

3. CONTRATACIÓN CUIDADOSA
Realizar una selección cuidadosa y exhaustiva al contratar a un administrador de fincas, verificando referencias y antecedentes.

4. ESTABLECER POLÍTICAS CLARAS
Implementar políticas claras y procedimientos internos para la gestión financiera y la toma de decisiones, y asegurarse de que todos los propietarios estén al tanto de ellas.

“En cualquier caso, si hay sospechas de malas prácticas o incluso fraude, es crucial tomar medidas rápidas y consultar con profesionales para abordar la situación adecuadamente”, concluye Daniel Carmona. (+)