La polémica está servida. Catastro trabaja en un “valor de referencia” para conocer cuál es el valor de mercado de los inmuebles. Ese nuevo valor catastral afectará sin duda a los impuestos que lo toman como base: IBI, plusvalía municipal, Transmisiones Patrimoniales (ITP), Patrimonio e IRPF (segunda vivienda).
El objetivo no es otro que conseguir un nuevo modelo de valoración para que el valor catastral sea capaz de reflejar el precio de mercado de una forma más rápida, y de responder al principio de justicia tributaria, según detallaban en el Plan de Objetivos 2017. La pretensión es que el valor catastral sea un índice válido de la capacidad contributiva, actualizado y referenciado al mercado.
Catastro entiende que, hoy por hoy, el valor catastral no alcanza “toda su eficacia potencial como valor de referencia a efectos fiscales inmobiliarios, por causa de la pérdida de su eficacia temporal y las limitaciones impuestas por la normativa catastral”. El problema es que esos valores catastrales se toman como referencia para el cálculo de muchos impuestos, como el IBI. Hacienda niega que su actualización suponga subidas en los tributos, y deja en manos de las administraciones la decisión de trasladarlas o no al contribuyente. No hay que olvidar que, en manos de los ayuntamientos por ejemplo, están los tipos de gravámenes del IBI. (Ver más >)
El objetivo no es otro que conseguir un nuevo modelo de valoración para que el valor catastral sea capaz de reflejar el precio de mercado de una forma más rápida, y de responder al principio de justicia tributaria, según detallaban en el Plan de Objetivos 2017. La pretensión es que el valor catastral sea un índice válido de la capacidad contributiva, actualizado y referenciado al mercado.
Catastro entiende que, hoy por hoy, el valor catastral no alcanza “toda su eficacia potencial como valor de referencia a efectos fiscales inmobiliarios, por causa de la pérdida de su eficacia temporal y las limitaciones impuestas por la normativa catastral”. El problema es que esos valores catastrales se toman como referencia para el cálculo de muchos impuestos, como el IBI. Hacienda niega que su actualización suponga subidas en los tributos, y deja en manos de las administraciones la decisión de trasladarlas o no al contribuyente. No hay que olvidar que, en manos de los ayuntamientos por ejemplo, están los tipos de gravámenes del IBI. (Ver más >)