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martes, 3 de abril de 2018

La vieja fábrica de Panrico en Paracuellos malvive bajo la crisis de Bimbo


Cuando en 2015 Bimbo compró Panrico por 190 millones de euros, muchos vieron la salvación de una empresa que había pasado los últimos años gobernada por el fondo de capital riesgo Oaktree. Tuvo que vender la división de pan de molde para sortear las restricciones de Competencia, pero la adquisición de la sección de bollería salió rana: las fábricas heredadas funcionan a medio gas y los clientes cada vez optan menos por sus Donuts y Bollycaos. 
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Según explican fuentes del sector, las ocho plantas que Bimbo compró a Panrico funcionan con líneas de montaje cerradas, turnos olvidados y personal muy por debajo de su capacidad. Influye el adiós del pan de molde, sí, pero el golpe llega sobre todo por el descenso de las ventas en España.
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El conglomerado confía en revertir la situación con la concesión de nuevos productos a las plantas. No obstante, no lo hace gratis. Sólo tras una renegociación de las condiciones laborales accede a enviar más bollería, una táctica habitual en el sector de la automoción. El último caso se dio en la fábrica de Panrico en Paracuellos. “Tras el acuerdo entre los trabajadores y la dirección la actividad remonta y ya se encuentra alrededor del 70%”, explican las mismas voces. (Ver más >)