Los alcaldes ordinarios tenían como principales funciones las policiales y judiciales; el mantenimiento del orden, la seguridad pública y la administración de justicia tanto en causas civiles como criminales. Las principales causas que hemos visto en el archivo histórico municipal son por asuntos de posturas, pagos, peleas, asuntos de tierras y heredades. Solo de la administración de Justicia se podría escribir un extenso libro con todas las causas que hay en el archivo de Paracuellos. Pero nosotros nos referiremos a algunas de ellas con la sentencia de la causa, intentando que sea lo más representativa posible.
Los pleitos son sin duda una forma fabulosa de acercarnos a ver cómo era la sociedad paracuellense de aquellos años. Gracias a ellos hemos podido saber cosas acerca de su día a día; de las tensiones que se generaban entre ellos o de las penurias económicas que sufrían. Quizás algunos de estos pleitos que se hicieron en Paracuellos nos puedan parecer asombrosos, sobre todo los que acababan con la pena capital y ajusticiados en el cerro de la horca (actual piscina municipal). Sin embargo, visto desde nuestra perspectiva actual, los delitos no difieren mucho de los que nos podemos encontrar hoy en día.
Los pleitos son sin duda una forma fabulosa de acercarnos a ver cómo era la sociedad paracuellense de aquellos años. Gracias a ellos hemos podido saber cosas acerca de su día a día; de las tensiones que se generaban entre ellos o de las penurias económicas que sufrían. Quizás algunos de estos pleitos que se hicieron en Paracuellos nos puedan parecer asombrosos, sobre todo los que acababan con la pena capital y ajusticiados en el cerro de la horca (actual piscina municipal). Sin embargo, visto desde nuestra perspectiva actual, los delitos no difieren mucho de los que nos podemos encontrar hoy en día.
Hay tantas sentencias que darían para escribir un libro. La última de la que tenemos noticia, ocurrió en 1959 cuando dos vecinos de Paracuellos fueron detenidos y puestos a disposición judicial por falsificar monedas. Los hermanos Lucía y Francisco fueron condenados a doce años de cárcel y a pagar una multa de 1.000 pesetas. (+)