Un acto simbólico, unos kilómetros por un mirador de Paracuellos de Jarama, con vistas al aeropuerto de Barajas. Despegaban aviones, pocos, salían de sus casas los corredores, muchos. Así rompió la cuarentena deportiva Fernando Carro, plusmarquista español de 3.000 obstáculos.
"Respirar de nuevo el aire de la calle fue especial, es cierto que en los primeros pasos me sentía corriendo como un pato, raro", dice a AS este madrileño, de 28 años, con una voz más alegre que en los últimos 50 días.
Él fue uno de los miles de deportistas que saltaron a la calle ayer: "No podía dormir, tenía nervios como si fuera una carrera. Lo considero un día de reencuentro con la gente, aunque fuera de lejos, te invadía una sensación de victoria colectiva". (V + >)