Al parecer la Casa Grande antes de ser Centro de Salud, estuvo al menos desde finales de los setenta en estado de semiabandono, ya que sus moradores se fueron a vivir a Madrid. A pesar de que tenía un guarda no permanente, en torno al año 1987, un grupo de cinco o seis chiquillos consiguió entrar llevados por la curiosidad a ver que encontraban. Y en una pequeña estancia vieron un baúl de madera de grandes dimensiones. Uno de ellos se acercó para abrir aquel enorme baúl, cuando una voz con eco, como de ultratumba le empezó a hablar. Otro de los jóvenes aseguró ver una luz blanca muy brillante que se movía, y un tercero dijo haber visto una mujer vestida de blanco en la escalera. Presas del pánico más absoluto salieron corriendo para no volver a entrar nunca más, ni si quiera se atrevieron a pasar por la calle Antonia Herranz durante muchos años.
Estos jóvenes, hoy mayores, nos aseguraron que no estaban condicionados cuando entraron y que no sabían nada de fantasmas en la casa. Aunque los vecinos de pueblo más viejos siempre han hablado de la muerte de una niña de la familia en extrañas circunstancias. (+)