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miércoles, 9 de octubre de 2019

El certamen de poesía, relato corto y cómic llevará el nombe de Carlos Giménez

Los representantes municipales pudieron dialogar con el que es considerado como uno de los principales autores del cómic adulto en España; Carlos Giménez. 

Giménez es el autor de la conocida serie ‘Paracuellos’, obra de carácter autobiográfico que recuerda su duro paso por diferentes colegios de Auxilio Social, como el de ‘Batalla del Jarama’, en Paracuellos.

Durante la visita, propusieron al autor que el certamen de poesía, relato corto y cómic, que tiene previsto organizar el equipo de gobierno municipal próximamente, lleve su nombre. Carlos Giménez recibió con satisfacción esta propuesta y también la de que sus famosas tiras se puedan contemplar, a partir de ahora, en la revista municipal ‘Paracuellos al día’. (Ver más >)

Publicamos a continuación la entrevista íntegra que Carlos Giménez concedió a Paracuellos Digital hace ya algunos años.  Esta entrevista no es solamente un reconocimiento a la carrera del Dibujante Carlos Giménez, es un homenaje a todos los niños que como él tuvieron que soportarlos largos días de posguerra en el Hogar de Auxilio Social “Batalla del Jarama”, en el que pasaron como bien denuncia   con  sus viñetas tituladas “Paracuellos”   cientos  de penurias. 


Esta entrevista, fué posible gracias a D. Tomás Saldaña, vecino de Paracuellos y amigo personal del dibujante D. Carlos Gimenez, por el cual tuvimos la oportunidad de poderle entrevistar, en su casa, en un lugar del Centro de Madrid.



P.D.: Gracias por recibirnos, como le contamos esta entrevista es para poder documentar parte de la historia de Paracuellos, así como colgarla en nuestro periódico digital www.Paracuellosdigital.com, ya que le consideramos como una historia viva de Paracuellos, en la medida que con tus aportaciones has hecho muchas cosas por nuestro pueblo.



C.G.: Si, me siento involucrado con Paracuellos.



P.D.: ¿Como surge el cómic de Paracuellos?



C.G.: Yo cuando hice esta serie, no pretendía que se llamase así, incluso no pretendía de que fuese una serie, tenía ganas de contar cosas, las cosas que no fueran habituales en los tebeos, las cosas que hemos contado toda la vida. Entonces lo que hice, fue realizar unas historias cortas. Lo que pasa es que como trataba de darles un tinte de documento, al ser cosas sobre el Auxilio Social, pues cuando trataba del de Bibona, pues ponía, Bibona C/ no se cuantos, y cuando era de Paracuellos pues ponía: Paracuellos año tal, y se publicaron unas cuantas, no se publicaron muchas. Pero curiosamente la gente nos se quedaba con las de Bibona, o General Mola, me preguntaba ¿oye, y aquellas historias de Paracuellos? ¿vas a seguir haciéndolas? Pues como he dicho publiqué muy pocas, pues no las querían, en esa época empezaba la apertura y querían cosas con muchas risas y muchas tetas. Así que cuando se empezaron a publicar, empezaron a preguntar ¿cómo vamos a llamar a lo de Paracuellos? Pues ya está puesto, todo el mundo habla de Paracuellos, todo el mundo conoce las viñetas de Paracuellos, y se quedó con lo de Paracuellos.



P.D.: ¿Eras consciente en ese momento del daño que podía hacer a la gente de Paracuellos, que ya tenía su San Benito por los fusilamientos durante la Guerra Civil?.



C.G.: En ese momento yo no pensé, ni en Paracuellos pueblo, ni en el paracuellos histórico. Pensé sencillamente en el titulo de los cómic, porque aquel colegio es lo que para mí se llamaba Paracuellos. Luego con el tiempo pues he tenido algún problema de alguien que se ha pensado que al hablar de Paracuellos hablaba a favor del franquismo, pero el tiempo lo ha ido aclarando todo. Después ha habido un momento que incluso he querido que mi tebeo se llamase Paracuellos, para que Paracuellos no solo sea una referencia a lo malo que hicieron los “rojos”, sino que fuese también una referencia a lo malo que hicieron los franquistas. Evidentemente Paracuellos es el nombre del pueblo, y es una cosa que me hace inevitable no nombrar el nombre de Paracuellos, pero el colegio era conocido por el colegio de Paracuellos, aunque el colegio no se llamaba así, el colegio se llamaba “Batalla del Jarama”. El tiempo como he dicho ha colocado todo es su sitio, el pueblo es el pueblo, la historia del pueblo son historias muy diversas de mucha gente, de los comunistas, los fascistas, los fusilamientos, los colegios y muchos niños.



P.D.: Es cierto, pero los primeros se publicaron en los años 80, y venimos de un pueblo que no podíamos decir abiertamente que éramos de Paracuellos, el pueblo quedó maldito por los fusilamientos.



C.G.: Sí, quedó maldito durante el franquismo y por el franquismo, hasta que se acabó el franquismo. Hay también que echarle un poco de pecho a la vida, sabe lo que pasa, que igual que los nazis decían, Wagner es un compositor de los nazis, no señor, warner es un compositor de todos, no puede ser que nadie se apropien de una cosa, o califiquen una cosa, solamente falta que no escuche a Wagner por que les guste los nazis, o que yo no vaya a Paracuellos o me avergüence de ser Paracuellos o de haber estado en Paracuellos porque a los fascistas no les guste Paracuellos. No podemos dar un paso a tras para dejarles pasar. Lo que hay que hacer es hablar con mucha normalidad y con orgullo, diciendo yo soy de Paracuellos con mucha honra, y no tengo que ver nada ni con los fascistas, ni con los comunistas ni con ninguno, yo soy de mi pueblo, Paracuellos de Jarama.



P.D.: Si, pero en aquella época se vivía con miedo.



C.G.: En aquella época vivían con miedo todos, y especialmente en aquel colegio los niños vivíamos con mucho miedo. Y decían eso es por culpa de Paracuellos, no, eso es por culpa de haber en Paracuellos un colegio miserable, como lo había en muchos sitios de Madrid y de toda España.



P.D.: Ahora le admiramos, y más en Paracuellos donde mucha gente admira su obra, pero en aquel momento, le decimos a principios los años 80 la gente seguía teniendo miedo ¿al hacer el cómic no tenía miedo?.



C.G.: Una cosa es lo que Vd. y otros han interpretado y otra cosa es la realidad, y la realidad es que yo he hecho mis tebeos, partiendo de mis experiencias, sin pensar, no voy a hacerlas, porque sino algún franquista, o algún lo que sea dirá…. No, yo voy a hacer lo que quiero hacer, lo que tengo que hacer, le guste o no le guste a quien sea, y una vez que lo he hecho, reivindicarlo y volver a la normalidad, las cosas son de la normalidad. Seamos serios, yo hago lo que quiero hacer le guste a quien le guste y no le guste a quien no le guste, y en eso es mi responsabilidad, arriesgarme a gustar a unos y disgustar a otros. Yo mis tebeos lo digo muchas veces, los hago para que les guste a cierto publico y para que no les guste nada a otro cierto publico, lo que más rabia me daría es que les gustase mis tebeos a cierta parte del publico, quiero que les moleste profundamente.



P.D.: Con la serie Una, grande y libre ¿tuvo problemas?.



C.G.: Yo he tenido problemas muchas veces, y forma parte de mi profesión como la profesión de un albañil la de subirse a un andamio, que tiene su riesgo. Y forma parte del hombre, que ha decidido opinar en la vida su trabajo, y que ha decidido dar una opinión de la política, de la sociedad o lo que sea y tiene unos riesgos, y me arriesgo a eso. He tenido problemas con la censura, no muchos, pero algún problema he tenido y he estado en listas en el 23-F y he estado en el punto de mira de mucha gente, como tantísima gente, en las que había media España, yo no soy una excepción yo soy uno de lo de muchos de los que opinan y de los que hacen un trabajo en libertad. Y la libertad no hay que esperar a que te la den, la libertad hay que tomarla le moleste a quien le moleste. La libertad es una cosa que tenemos que acostumbrarnos a que no nos moleste.



P.D.: Es Vd. entonces un pionero de la Memoria Histórica, con su cómics, lo que ha denunciado es como era esa España franquista.



C.G.: Si, yo empecé a hablar de estas cosas, lo que luego se ha llamado la memoria histórica, mucho antes de que existiera el concepto de memoria histórica, hasta el punto de decirme la memoria histórica la inventaste tú, solo que tu no sabias que se llamaba memoria histórica. Eso de volver a hablar de años atrás, de cómo han sido los años de la posguerra, de cómo han sido las cosas, cuando todavía no había ninguna intención, ni ninguna etiqueta de reivindicar todo esto, yo lo empecé a hacer por que sí, pero debo decir que con toda humildad, que no lo empecé a hacer porque fuera un clarividente, yo lo empecé a hacer porque era lo que sabía hacer. Yo he hecho toda la vida lo que he podido o he sabido dentro de lo que he intentado, unas veces no he podido hacer más, o no me han dejado, o no me lo han publicado, y otras vece no he querido hacer según que cosas. Es como cuando te dicen dibújame una chica muy guapa, dibujas una chica lo mejor que sabes, y te dicen, no está muy guapa, y dices si es que no me ha salido muy guapa, las cosas son como te sabes, hasta donde sabes, si no se dibujar mejor, pues no lo hago mejor, si no soy más listo, no soy mas listo, pero hasta donde puedo, y hasta donde sé, procuro decir lo que digo, responsabilizándome de todo lo que digo.



P.D.: Le ha venido con los años algún reconocimiento publico.



C.G.: Si, yo tengo muchos premios, desde que empecé en la profesión en los años 70, no hay año que no haya recibido, uno o dos o varios premios, y tengo muchos reconocimientos públicos, incluso algunos premios o condecoraciones que no forman parte de la profesión, sino que se dan excepcionalmente a quien se lo dan.



P.D.: ¿Cuál es del que se siente más orgulloso de el?.



C.G.: No hay ninguno que no me sienta orgulloso de haberlo recibido, me lo han dado, pues estoy muy contento por ello. Pero hay uno que es una especie de cartoncito, dibujado por un niño, y me lo dieron en un colegio, está tan bien hecho, es tan sencillo, es un premio tan intrascendente, que no se publica en ninguna parte, que me dije, en este colegio han pensado en ello, este niño ha hecho un dibujo, con la segueta lo han recortado, y luego me han invitado para dármelo, ese premio está entre mis favoritos. Ese y un premio, que es un premio dado por los profesionales, soy presidente de la asociación de dibujantes, pero antes de serlo, un día los dibujantes, la profesión me dio un premio, fue el primer premio que dieron. Eso de que los compañero te den un premio, es muy importante, y ese es el premio que más valoro, al margen de este del niño.



P.D.: En que años estuvo en Paracuellos, recuerda más o menos cuando fue.



C.G.: Pues no recuerdo exactamente, yo tuve que estar dos o tres años. Tengo un amigo, mi amigo Adolfo Usero, que también es dibujante, y que le saco en los tebeos abundantemente, y que hemos estado juntos en los colegios, a lo largo de la vida, y cuando hablo con él, él me corrige porque tiene muy buena memoria, y cuando digo, yo en Paracuellos estuve lo menos 5 años, y el dice, no, ni mucho menos, pero se me debió hacer muy largo, o en Paracuellos éramos 300 niños, y me corrige, que dices, muchos menos. Yo no se porque a Paracuellos, siempre le pongo cosas de mas, se me debió hace muy largo, primero porque cuando eres niño, el tiempo se dilata mucho, cuando a un niño le dices esto te lo voy a dar mañana, el piensa mañana, cuanto tiempo, mientras que ahora te dicen al mes que viene, y sabes que dentro de cuatro días es el mes que viene.



P.D.: ¿por qué tanto cambio de colegio?



C.G.: Los colegios de Auxilio Social, funcionaban por edades. Imagino que siguen habiendo colegios pero de otra forma, para niños con problemas, a veces que he estado en colegios de este tipo, incluido el de Paracuellos, los niños visten estupendamente, las puertas estaban abiertas, salían y entraban cuando querían, comen muy bien, hasta el punto de que cuando los he visitado había comida puesta encima de un mostrador por si acaso alguien quería comer, ósea, no tiene nada que ver los actuales con lo que había sido esos colegios. El motivo de los cambios era porque en un colegio tenían que haber edades homogéneas, por eso estuve en cuatro, cinco o seis colegios, pues según iba cumpliendo años me cambiaban. En Paracuellos estuve de los 8 a los 10 años u 11.



P.D.: ¿qué recuerdas tu vida en el colegio de Paracuellos? ¿educadores, etc.?.



C.G.: De Paracuellos, tengo dos tipos de recuerdos, una parte de mis recuerdos corresponde a la gente del pueblo, que fue el Sr. Evelio, que era el Jardinero, por el que conocí a toda su familia. Hablo del Sr. Evelio, porque yo llegué a quererle tanto que me hubiera gustado que fuera mi abuelo, yo no tenía nada ni a nadie, y el Sr. Evelio era un Jardinero del colegio, que me trataba como un niño, y me hablaba, y terminamos tomándonos cariño hasta el punto de que cuando llegaba navidad o verano, el Sr. Evelio, pedía permiso como si fuera mi abuelo de verdad, y me sacaba del colegio, y me llevaba a su casa con su familia, con su hijos, con sus nietos, y yo he pasado momentos muy bonitos con ellos, de los años pasados en los colegios, los únicos momentos bonitos que he tenido en mi vida, que he tenido un momento de cariño, y he sabido lo que era una familia, y una vida normal, en la que haces cosas normales, no tienes que hacerlo a toque de corneta, ni te pegan, ni te regañan, ni tienes que formar, fue en casa del Sr. Evelio. Incluso cuando cambié de colegio, iba él o mandaba a uno de sus hijos con el burro, a donde estuviera interno, y pedía permiso para sacar a ese niño, y seguía teniendo una familia de mentira, pero mucho más autentica que la de verdad, porque no existía, no la tenía, y era la familia de Paracuellos la Familia Saldaña. Y esa es una parte de mis recuerdos de Paracuellos, que es la parte de menos tiempo, no de menos intensidad, de menos tiempo.

Luego el otro recuerdo es la gran parte del tiempo, que son las horas interminables, los días, los meses, los años que he pasado en un colegio que era un colegio muy cruel, un colegio, tan cruel que era innecesariamente cruel. Una cosa que siempre me he preguntado es ¿por qué aquellos colegios eran tan crueles?, no era necesario. Éramos niños pobres, pero no habíamos hecho nada a nadie. Porque el hecho de querer convertirnos en niños mitad monjes y mitad solados, a base de bofetadas, a base de crueldad, de castigos, de una disciplina férrea, de una religión canalla, de sufrimiento, no hacia falta. Bastante teníamos con que no tuviéramos padre, o madre, estábamos tristes, teníamos que haber inspirado un poco de cariño, ya no digo de compasión o caridad, que hablan los católicos, un poco de simpatía como le inspirábamos al Sr. Evelio, y a las guardadoras del colegio. En el colegio había dos tipos de guardadoras, las que eran del hogar, y las que eran de Auxilio social, que venían de otros colegios, las del pueblo, eran gente normal, gente que no tenía ningún interés en pegar a los niños, iban a trabajar, nos daban ordenes, y estábamos deseando la semana que le tocaba a la Srta. Sole, o a la Srta. Justi, o a la Srta. Paula; pero las otras parecía que era obligatorio que los niños sufriera, la letra con sangre entra, a base de castigarlos y torturarlos, nunca lo he entendido. Ahí lo he dejado en mi obra reflejado.



P.D.: Había una relación real entre la gente del pueblo y los niños del Auxilio social.



C.G.: No, era un lugar hermético. De allí solo salían los niños formados, marcando el paso para ir a misa o similar, y volvíamos de la misma de la misma forma, cerrando herméticamente la puerta después. Solamente teníamos algún contacto a través de la gente del pueblo que trabajaba allí. También en el hecho inevitable de los niños, en los que ibas desfilando y te decían ¿cómo te llamas? ¿cuántos años tienes?, y un día y otro y al final, conocías a algún niño del pueblo. Pero la vida se abre paso, y las relaciones se abren paso, y aunque te tengan en una cárcel incomunicado, la sociabilidad, hace que termines relacionándote con gente. Y yo gracias al abuelo Evelio, conocía a mucha gente del pueblo, había un momento que salía del pueblo y decían mira carlitos el niño de palacio, pues la gente del pueblo al colegio le llamaba palacio. Incluso cuando me fui haciendo mayor, y seguía yendo por allí, a las fiestas de Paracuellos, al baile de las fiestas, y a la mañana siguiente regresaba para trabajar, y cogía la camioneta a las 7 de la mañana, y te veían y decían ponle al niño de palacio una cazalla, y regresaba en el autobús como un sueño.



P.D.: ¿sigue teniendo contacto con la familia Saldaña?.



C.G.: Si, por su puesto. Mucho menos del que me gustaría. He estado mucho tiempo sin verlos, sin visitarles, la vida no es como uno quiere, pero desde unos años con Tomás sigo teniendo contacto.



P.D.: ¿algo bueno tenía la educación en esos colegios?.



C.G.: La educación era muy mala. He estado años con el mismo libro y en el mismo curso. Lo único que tenía bueno es que entre otras cosas nos enseñaban agricultura, pues estos centros nos aleccionaba para ser agricultores y que es algo que me ha servido en su vida personal.



P.D.: ¿nunca potenciaron su habilidad por el dibujo? ¿no le favoreció en algún momento?.



C.G.: La institución le importaba muy poco el que dibujara o no dibujara. Toda mi vida he vivido del dibujo, profesionalmente, o no profesionalmente. En los colegios he sacado jugo al hecho de saber dibujar, te hago un dibujo a cambio de que si eres el que preguntas el catecismo me hagas una pregunta fácil, o a cambio de dinero o comida en los auxilios sociales. El dibujo siempre ha sido mi arma, incluso con las profesoras, haciendo dibujos para alguna exposición que me permitía no ir a la capilla, etc. Incluso en la mili, seguía los mismos esquemas del colegio, para librarme de la instrucción. Cuando pasábamos frío en paracuellos, me ponía a dibujar en un rincón en la pared, y automáticamente los niños se ponían alrededor de mi para verlo, y me tapaban del frío. El dibujo ha sido para mi, todo, si he sabido algo de geografía ha sido por los tebeos, los de piratas, o los animales, y de ciencias que no aprendía en el colegio, sino en los tebeos, que a veces nos lo quitaban y los quemaban. Pero el colegio, nunca lo fomentaron, excepto para los cuadernos o alguna exposición como ya he contado.



P.D.: ¿Qué le parece que hagan una película de sus viñetas Paracuellos?.



C.G.: Me parece bien, pero es la séptima u octava vez que me dicen que van a hacerlo y todavía no lo han hecho.



P.D.: Para terminar, en que está trabajando ahora.



C.G.: Está a punto de salir un cómic que se llama “Pepe”, y es la vida de un dibujante.



P.D.: No le molestamos más, muchas gracias por recibirnos y contestar a nuestras preguntas.



C.G.: Gracias a vosotros.