Las plantaciones de árboles son fundamentales para la restauración de áreas degradadas, la mitigación del cambio climático y la mejora ambiental de entornos urbanos. Además, suponen una actividad esencial de educación ambiental al implicar a la comunidad en la recuperación de espacios que han sufrido algún desastre ambiental, como un incendio o un evento extremo como Filomena.
A pesar de que estos proyectos son anunciados a bombo y platillo por la clase política, pueden no contar con la planificación y los medios adecuados para ejecutarlos con garantías plenas de éxito. El resultado de una mala planificación y ejecución es un cementerio de plantas secas y tubos protectores que genera malestar vecinal y que supone un dispendio de dinero público.
La comunidad científica lleva años trabajando en mejorar el éxito de las plantaciones y existen una serie de factores que deberían tenerse en cuenta a la hora de poner en marcha estos proyectos. (+)