Las enfermedades infecciosas nos han acompañado desde el principio de los tiempos, pero no hemos sabido de la causa de estas hasta los últimos doscientos años.
Las primeras instalaciones hospitalarias son las casas de pobres e plagados, también conocidas como lazaretos, donde se atendían a los enfermos infecciosos. Los Hospitales de San Lázaro, se establecieron principalmente en los pueblos jacobeos, pero poco a poco fueron repartiéndose por toda Castilla, con presencia en Buitrago y Madrid.
Los hospitales santiaguistas cumplían cuatro funciones básicas: hospicio para los mendigos, hostal para los peregrinos, atención para los enfermos y heridos, a las cuales se le proporcionaba donde dormir y calentarse, teniendo una sala común que se utilizaba en ocasiones como cama colectiva. A finales del siglo XV y comienzos del XVI se llevó a cabo en toda Europa una transformación de estas instituciones hospitalarias y hubo una tendencia a la desaparición de las más pequeñas, como fue nuestro caso. Las referencias del pequeño Hospital Santiaguista de Paracuellos cumple estás funciones desde la primera noticia de su existencia en 1511, hasta bien entrado el siglo XVII. Encontramos que, además de las camas para los enfermos, y especialmente para los pobres que eran llevados hasta el sanatorio por el pobrero, había camas reservadas a las religiosas. Del hospital santiaguista desconocemos la ubicación exacta ya que no ha quedado constancia de él, aunque fuese, como ocurre en otros lugares con la típica calle del hospital. Los visitadores de la Orden dejaron escrito de nuestro hospital: Hacia la calle tiene una camarilla con una cama buena de un colchón y dos sábanas e una manta e dos almohadas en que acojen a religiosas. El hospital tenía propiedades para su mantenimiento y su mayordomo en 1524 era Juan de Felipe. (+)