“Todos los centros públicos tienen o han tenido problemas desde su creación; falta de espacios, desplazamientos, abandono de obras, retraso en la construcción, ausencia de mantenimiento y adaptación a la legislación vigente…”, critica la Plataforma Paracuellos por la Educación Pública.
Un colectivo que ha nacido ante la necesidad de los padres y madres por denunciar esta situación.
Los niños que estudian en el Colegio Andrea Casamayor tienen que hacerlo en barracones ante la ausencia de aulas. Debido al Covid, las clases tienen que tener las puertas y las ventanas abiertas para asegurar la continua ventilación del espacio.
El problema es que entre los barracones no hay pasillos porque se construyeron en un barrizal. Ahora con las bajas temperaturas y las ventanas abiertas, los niños pasan mucho frío en clase.
Los niños de segundo de primaria están recibiendo las clases en el comedor del colegio y los de primero, en el aula de psicomotricidad. El colegio, de momento, no sabe cuando se construirá el edificio de primaria.
Según la Plataforma Paracuellos por la Educación Pública, el colegio Las Navas de Tolosa ha tenido a los niños estudiando durante casi ocho años entre obras y en un “edificio Frankestein” en el que las ampliaciones continuas han provocado diversos fallos, como, por ejemplo, problemas con la calefacción.
“Aún falta acondicionar la parte exterior del edificio, siendo ésta un campo de cascotes y de barro”, indica el colectivo de padres y madres.
El colegio Virgen de la Ribera no cuenta con ningún ascensor y no tiene red wifi.
El instituto Simone Veil tuvo que alquilar dos aulas en un colegio privado para que pudieran estudiar los alumnos de primero de Bachillerato. La constructora encargada de la obra del colegio quebró antes de terminar la faena y dejó al colegio sin accesos y sin cancha deportiva. (+)