Con la inauguración deprisa y corriendo del Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal –el también llamado hospital de pandemias–, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la CAM, recurre a una vieja fórmula que ha hecho fortuna en el PP a lo largo de los últimos 25 años: mucho ladrillo, obras faraónicas y grandes eventos como emblema de su gestión.
Una receta que sin embargo ha dejado una ristra de proyectos fallidos e infraestructuras vacías que han terminado por convertirse en auténticos monumentos al despilfarro de dinero público.
La lista de las obras faraónicas que terminaron en fiasco es larga, sobre todo en la Comunidad de Madrid y en el País Valencià, feudos en los que el PP gobernó durante años a su antojo, en el segundo hasta 2015. Por eso sorprende el empecinamiento de Díaz Ayuso en repetir un modelo tan polémico y apostar una vez más por el ladrillo para tapar otras carencias de su gestión. Al igual que hicieron Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Botella o Francisco Camps entre otros, la presidenta madrileña vuelve a caer en el error de inaugurar a bombo y platillo una infraestructura sin terminar, con grandes sobrecostes financieros y cuya utilidad no está del todo clara.
Estos son algunos de los proyectos fallidos del PP, bien porque su utilidad era dudosa o porque terminaron costando mucho más de lo inicialmente previsto. Madrid y País Valencià se llevan la palma, pero estos auténticos monumentos al despilfarro –la izquierda también tiene alguno en su haber– se extienden por todo el país. De hecho, un estudio ya acreditó en su día que España despilfarró 80.000 millones de euros en obras e infraestructuras innecesarias entre 1995 y 2016. (+)