El sueño consistía en un basto terreno en el que emergían más de una decena de edificios vanguardistas de planta circular, rodeados de árboles y conectados por una pasarela que serpenteaba entre ellos. Una especie de museo de la arquitectura moderna cuya vertiente práctica era reunir toda la administración de Justicia de la Comunidad de Madrid. Ese sueño que habían tenido requería una inversión inicial de 516M€ de dinero público, una superficie de más de 200.000m2 y una década para ejecutarse.
El proyecto de la Ciudad -o Campus- de la Justicia se presentó oficialmente el 2004. Se convocaron las licitaciones pertinentes, se creó una empresa pública para gestionarlo y se puso la primera piedra. Pero como ocurrió con otros grandes proyectos de la época, pronto la corrupción se filtró hasta la médula. El sueño megalómano fracasó, convertido en un chiringuito donde unos pocos hicieron negocio con el dinero de todos. Una suerte de cajero automático con cargo a los presupuestos de los madrileños donde acudían a por su parte los amigos de los gestores políticos.
La Audiencia Nacional ha procesado ahora a cinco responsables de la Ciudad de la Justicia por delitos de prevaricación, fraude y malversación. El auto del juez es un auténtico catálogo de corrupción, un manual de 250 páginas sobre las prácticas habituales en este tipo de proyectos de construcción. Hay asesores, sueldos estratosféricos para los amigos de los políticos, falsos concursos de empresas, concesiones amañadas o contratos troceados para poder otorgarlos a dedo. ¿Te suena?
Todo apunta a que La Ciudad del Rugby en Paracuellos seguirá los mismos pasos. (+)