La Fiscalía de Madrid ha decidido trasladar al juzgado las denuncias e informes sobre los vertidos de aguas fecales y residuos sólidos, como toallitas, plásticos, compresas…, en el arroyo de Valdebebas de Madrid. Los vertidos a este arroyo es uno de la veintena de focos de vertidos similares que recibe el río Jarama entre Paracuellos y San Fernando de Henares, procedentes de las redes de saneamiento. Los daños ambientales y los riesgos sanitarios son visibles en un tramo fluvial de más de 20 kilómetros. Todo esto ocurre desde hace años en un ecosistema acuático especialmente protegido, motivo por el que diversos grupos ecologistas presentaron en su momento denuncias ante diversas entidades públicas.
La resolución adoptada ahora por la Fiscalía concluye en el traslado de las diligencias y el informe del Seprona al Juzgado de Instrucción, por un presunto delito contra el medio ambiente, así como por los artículos 259 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Estos últimos artículos se refieren a la responsabilidad en la que incurren los funcionarios y cargos públicos que no hayan presentado denuncia ante los tribunales teniendo conocimiento de un delito flagrante.
Desde los nuevos desarrollos urbanísticos del Norte de la ciudad de Madrid se vierten al arroyo de Valdebebas grandes cantidades de residuos que van a parar al río Jarama, en un tramo fluvial de la Red Natura 2000. Se trata de materiales sólidos y aguas sin tratar que las depuradoras derivan coincidiendo con episodios de fuertes lluvias. Algo parecido sucede desde Alcobendas y San Sebastián de los Reyes a través del arroyo de La Vega y en Coslada y San Fernando en una docena de colectores. El cauce del Valdebebas se ha convertido es un depósito de grandes cantidades de toallitas que cuelgan de los árboles a alturas de hasta cuatro metros. (+)
La resolución adoptada ahora por la Fiscalía concluye en el traslado de las diligencias y el informe del Seprona al Juzgado de Instrucción, por un presunto delito contra el medio ambiente, así como por los artículos 259 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Estos últimos artículos se refieren a la responsabilidad en la que incurren los funcionarios y cargos públicos que no hayan presentado denuncia ante los tribunales teniendo conocimiento de un delito flagrante.
Desde los nuevos desarrollos urbanísticos del Norte de la ciudad de Madrid se vierten al arroyo de Valdebebas grandes cantidades de residuos que van a parar al río Jarama, en un tramo fluvial de la Red Natura 2000. Se trata de materiales sólidos y aguas sin tratar que las depuradoras derivan coincidiendo con episodios de fuertes lluvias. Algo parecido sucede desde Alcobendas y San Sebastián de los Reyes a través del arroyo de La Vega y en Coslada y San Fernando en una docena de colectores. El cauce del Valdebebas se ha convertido es un depósito de grandes cantidades de toallitas que cuelgan de los árboles a alturas de hasta cuatro metros. (+)
Millones de toallitas y aguas fecales inundan el río Jarama
Una enorme montaña de toallitas invade la orilla del Río Jarama
La contaminación del río Jarama por estos vertidos y otra veintena de focos en la zona de Paracuellos-San Fernando deja un rastro de malos olores, toallitas colgando de los árboles y formando el sustrato principal de las orillas. «El río se convierte varias veces al año en una cloaca a cielo abierto provocando un grave problema ambiental y sanitario. Con esas aguas, y las del Manzanares, se riegan 11.000 hectáreas del Canal Real del Jarama, de cultivos de hortalizas entre Arganda del Rey y Toledo ciudad», denuncian varias organizaciones ecologistas.
«A pesar de que se vulneran varias normativas de protección y de conservación, ninguna administración interviene frente a estos hechos a pesar de las denuncias que venimos presentando desde 2012. La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, encargada de la conservación de los espacios protegidos se limita en el mejor de los casos a derivar las denuncias a otras instancias, la Confederación Hidrográfica del Tajo y los Ayuntamientos ni siquiera responden a las denuncias», critican.
«El río Jarama no está condenado a ser un permanente desagüe regional. La solución podría ser la construcción de tanques de tormentas que retengan estos vertidos, como ya se hace en el Manzanares a su paso por la capital. Hay alternativas pero falta voluntad en las administraciones», añaden. Las organizaciones ecologistas Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y la Plataforma Ríos Limpios aseguran que seguirán exigiendo «que se ponga fin a estos vertidos, que se limpien las riberas y que se aplique la ley sobre aquellos responsables públicos que se niegan a intervenir frente a este grave problema ambiental y de salud pública».
«A pesar de que se vulneran varias normativas de protección y de conservación, ninguna administración interviene frente a estos hechos a pesar de las denuncias que venimos presentando desde 2012. La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, encargada de la conservación de los espacios protegidos se limita en el mejor de los casos a derivar las denuncias a otras instancias, la Confederación Hidrográfica del Tajo y los Ayuntamientos ni siquiera responden a las denuncias», critican.
«El río Jarama no está condenado a ser un permanente desagüe regional. La solución podría ser la construcción de tanques de tormentas que retengan estos vertidos, como ya se hace en el Manzanares a su paso por la capital. Hay alternativas pero falta voluntad en las administraciones», añaden. Las organizaciones ecologistas Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y la Plataforma Ríos Limpios aseguran que seguirán exigiendo «que se ponga fin a estos vertidos, que se limpien las riberas y que se aplique la ley sobre aquellos responsables públicos que se niegan a intervenir frente a este grave problema ambiental y de salud pública».