Llegamos hasta Paracuellos del Jarama, donde reside otro de los grandes motores de Fernando Carro: la Ruta del autobús.
Paracuellos del Jarama. A 26 kilómetros de Madrid, en el noroeste, rodeado de vistas, Fernando Carro regresa a su infancia y a todas esas tardes en las que dobla entrenamiento por estos caminos que un día bautizó, junto a sus amigos, como la Ruta del Autobús. Una historia a fuego lento que recorre pasado, presente y futuro y en la que todos están convencidos de que los finales felices, como pasa en las películas, existen.
Paracuellos del Jarama. A 26 kilómetros de Madrid, en el noroeste, rodeado de vistas, Fernando Carro regresa a su infancia y a todas esas tardes en las que dobla entrenamiento por estos caminos que un día bautizó, junto a sus amigos, como la Ruta del Autobús. Una historia a fuego lento que recorre pasado, presente y futuro y en la que todos están convencidos de que los finales felices, como pasa en las películas, existen.