La decisión del Ejecutivo madrileño supone volver a las ratios ordinarias marcadas por ley: los centros de Primaria volverán a contar con 25 alumnos por clase (en lugar de 20 actuales), los de Secundaria 30 (en lugar de 23) y los de Bachillerato 35 (en lugar de 23). Pero tiene otra derivada: menor contratación de profesores. Y todo ello pese a que el pasado mes de octubre la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso expresó su intención de que la bajada de las ratios por aula fuera permanente.
Para Galvín, la estrategia del Gobierno de Ayuso es cristalina: "Su plan es recortar la educación pública y blindar la concertada y la privada derivando dinero público y alumnado a los centros privados. Tiene instrumentos para eso: la Ley Maestra de Libertad de Elección Educativa que está ya en sus trámites finales. Con eso está hipotecando el futuro de la educación madrileña para los próximos años". (+)