Primero, los estafadores se hacen pasar por empresas de instalación o técnicos de mantenimiento de ascensores. Después, contactan con los administradores de fincas o con los propietarios de los edificios.
Para estafarlos, ofrecen servicios de instalación, reparación o mantenimiento a precios aparentemente competitivos. Pero en realidad, su objetivo es obtener dinero sin realizar ningún trabajo real.
Los estafadores suelen ser muy convincentes. Utilizan uniformes y documentos falsificados para parecer legítimos. A menudo, contactan a las víctimas por teléfono o correo electrónico, presentándose como representantes de empresas de mantenimiento de ascensores reconocidas.
Una vez que logran ganarse la confianza de la víctima, solicitan un pago por adelantado para cubrir los costos de los supuestos servicios. En algunos casos, los estafadores incluso llegan a realizar una inspección superficial del ascensor para dar una apariencia de profesionalismo.
Sin embargo, después de recibir el pago, desaparecen sin dejar rastro, dejando a las víctimas con un ascensor que sigue necesitando reparaciones y con una pérdida económica significativa. (+)
