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miércoles, 26 de mayo de 2021

¿Qué tiene que ver Isaac Newton con Paracuellos de Jarama?

Principia; así es como se conoce el famoso libro de Isaac Newton (1672-1727), que marca el comienzo de la ciencia moderna. Fue día 5 de julio de 1687 cuando se publica la obra Philosophiæ naturalis principia mathematica (Principios matemáticos de la filosofía natural), escrito a propuesta del astrónomo Edmond Halley (1656-1742), dividido en tres partes (o libros) con definiciones, lemas, leyes, teoremas, etc… Y ahora la pregunta que seguro que se están haciendo ¿qué tiene que ver Newton con Paracuellos de Jarama?

Pues bien, Isaac Newton explica en su obra como se formaron y se ordenaron las partículas, pero el momento en que lo hace la religión está omnipresente, así pues, en su búsqueda utiliza la existencia de Dios para justificar la universalidad de las leyes del movimiento. En 1789 se escribe el libro “Carta de Paracuellos”, escrito por Fernando Pérez (pseudónimo que utiliza Tomás Antonio Sánchez bibliotecario de la Real Biblioteca) con el objetivo de “traer el verdadero conocimiento a los escritores que andaban errados y extraviados a la razón”. Es un libro que supuestamente escribe una persona de la tercera edad de Paracuellos a su sobrino, en él hace una revisión de satírica de la ciencia y la cultura a lo largo de la historia. En la obra critica la sumisión de los principia de Newton a la teología natural en vez de la filosofía natural, provocando el enfado del autor del libro, al ver a Dios convertido en un concepto más de las ciencias experimentales. Además Fernando Pérez pone en duda la hipótesis de Fray Francisco de Bivar sobre la autoría del Libro de Alexandre (obra en verso del primer tercio del S. XIII, que narra la vida de Alejandro Magno), que desarrolla en la obra póstuma del fraile del cister “Marci Maximi Caesaraugustani…”.

Esto nos trae de nuevo a Paracuellos de Jarama, pues en 1670, Isaac Newton, dedicaba tanto tiempo a la ciencia como a la religión, dedicando parte de su tiempo a un profundo estudio del Apocalipsis, uno de los proyectos teológicos desarrollado por el científico. En una parte de este estudio, Newton desarrolla el papel que juegan los alanos en Hispania, y revela el uso directo y central de una fuente española, la crónica de Marco Máximo, Obispo de Zaragoza, citado anteriormente (Marci Maximi…), y escrito por Fray Francisco de Bivar. La obra del cister la conocía Newton desde el principio de sus investigaciones, pues copia parte del texto del cronicón de Máximo, reproduciendo incluso las conjeturas de Francisco de Bivar.

Fray Francisco de Vivar, vio la luz en nuestra localidad hace 437 años, el 8 de mayo de 1584. Fue historiador del Cister y uno de los personajes más notables de las letras españolas de esta época. Actualmente cuenta con una calle con su nombre en el casco urbano de Paracuellos. (+)