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martes, 14 de julio de 2020

La cuarta C

Con mucha cautela, volvemos a una relativa normalidad tras la pandemia producida por el virus COVID 19. Un virus que lleva con nosotros poco tiempo y del que desconocemos muchas cosas. Una enfermedad que nos ha tenido encerrados durante tres meses, pues no existe ni vacuna ni tratamiento. Sirva esta entrada como la crónica municipal del primer encuentro con el virus. 
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En Paracuellos como en el resto del país, comenzaron cerrando los colegios y zonas de esparcimiento infantil poco antes de decretarse el estado de alarma. Al principio se tomo como unas pequeñas vacaciones, y poco después el decreto nos llevó a la realidad, que creímos para 15 días y han sido 100.

El teletrabajo se impuso en la medida de lo posible. Los padres y profesores (a ambos tenemos que agradecer el esfuerzo por salvar una educación en tiempos de pandemia), tuvieron que aprender a moverse en una situación que, hasta ahora, afortunadamente no habíamos tenido que sufrir. Con la colaboración de ambos se ha podido salvar el final del curso.
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Las 20:00 horas empezó a ser el momento de reconocer el titánico esfuerzo de los trabajadores de Sanidad, así como los de todos los que antes mencionamos y agradecimos, para ello salimos a los balcones para reconocer su trabajo en forma de aplauso. La policía local se unía al momento haciendo sonar las sirenas, que no se sabe si lloraban o nos recordaban el momento de emergencia que vivíamos, unido a las pitadas de los conductores de autobús, que más que pitadas parecían gritos desgarrados por el dolor, pues recordemos que, desgraciadamente, han perdido en España la vida más personas que las que vivimos en Paracuellos de Jarama. La canción “Resistiré” se convirtió nuestro sentir del momento que nos acompañaba. A esta le acompañaban multitud de canciones, incluso el himno nacional, aunque no sonara con el respeto que se merece. Había veces que parecía que estábamos en fiestas por la multitud de canciones que sonaban al mismo tiempo. (+)